La fecha de caducidad es el vencimiento del uso o consumo de un producto. A partir de esta fecha, el producto ya no es seguro para la salud del consumidor. Inspirada en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Blade Runner, la película dirigida por Ridley Scott en 1982 nos revelaba que la fecha de caducidad funcionaba también como dispositivo de seguridad.
Blade Runner nos introducía en una inquietante sociedad situada en el año 2019, año que entonces nos parecía tan lejano y que está a la vuelta de la esquina. Gracias a los avances en ingeniería genética, dicha sociedad fabricaba unos humanos artificiales llamados replicantes, esclavos construidos para realizar tareas peligrosas que eran creados con un curioso dispositivo de seguridad, una longevidad de tan solo cuatro años de vida para evitar que pudieran desarrollar sentimientos propios de los humanos: amor, compasión, deseo, etc.
Desde el último Foro Económico Mundial de Davos, nos lanzan una predicción sobre el futuro laboral que nos espera, un futuro que se inicia ahora y que terminará en el año 2020 dejando sin empleo a cinco millones de personas. Los robots en primer lugar, y posteriormente la inteligencia artificial, ocuparán los puestos de trabajo más mecánicos, más repetitivos. Solo aquellos humanos cualificados en conocimientos informáticos tendrán el puesto asegurado, ya que imagino que serán ellos quienes seguirán construyendo más y mejores humanos artificiales.
¿Tendrán fecha de caducidad los nuevos replicantes, hijos de la Cuarta Revolución Industrial? Los seres artificiales de Blade Runner deseaban ampliar su longevidad para imitarnos y sentirse humanos. Pero como de momento, a quien han puesto fecha de caducidad en Davos es a nosotros, ¿Seguirán deseando los futuros replicantes ser como los pobres humanos?
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El foro de Davos nos ha puesto caducidad a todos, hay que renovarse, los trabajos con valor añadido son el futuro. Lo que está por ver es como se gestionará la ingente millonada de personas que no podrán acceder a un trabajo y por tanto a cubrir sus necesidades básicas. La verdad es que deberíamos comenzar a estudiar seriamente este particular…
Renovarse o morir. O nos ponemos las pilas o estos nos “retiran”.
Efectivamente hay que renovarse, pero además es que hay que hacerlo ya porque el futuro nunca ha estado tan cerca como ahora.
De hecho, los robots nos están enseñando lo que ocurre en Marte. De aquí poco serán otros planetas y sistemas solares donde quizás, ellos con unas semillas engendren el futuro de nuestra raza más allá de Orión. Nuestra supervivencia está en sus manos.