“Que todo cambie para que todo siga igual” es la gran frase de la novela “El Gatopardo”, obra del siciliano Giuseppe Tomasi di Lampedusa, ambientada durante los revolucionarios y cambiantes días de la Unificación Italiana de 1861.
Lampedusa es también autor de un relato titulado “Lighea”, el cual narra la intensa historia de amor vivida en el verano de 1938 entre un joven y bellísimo profesor de griego y una bestial, por hermosa, sirena llamada Lighea. La sirena, con el cambio de estación regresa al mar para no volver, pero el profesor la recordará toda su vida. Quizá sólo es un cuento, pero la juventud hace posible que el profesor pueda sentirse como un Dios y amar así a una sirena.
Juventud es creación, la inventiva que permite que sean jóvenes precisamente aquellos que diseñen aplicaciones como Facebook, Instagram y muchas otras. Son herramientas que no sólo usan las jóvenes generaciones, sino también las de nuestros mayores, como publica el portal de la sociedad de la información de Andalucía en su blog Andalucía Digital. La gente mayor utiliza la tecnología para estar activa en la nueva sociedad digital y para integrarse, también, en el mundo de sus familiares. Las abuelas quieren seguir unidas a sus nietos para no perder la relación con ellos, para saber qué hacen, qué es de sus vidas, y mantener así conversaciones en las que seguimos contándonos lo mismo de siempre pero de una manera distinta.
En esta revolución tecnológica que estamos viviendo hoy, todo está cambiando para que todo, o algunas cosas, sigan funcionando igual, porque los que ahora son nuestros mayores quizá no sólo quieren estar conectados con sus nietos, sino también sentirse como ellos, como jóvenes y bellísimos dioses en busca de sus sirenas.