Siempre en constante evolución, el trompetista y compositor Miles Davis publicó en 1957 el disco Miles Ahead, para el sello Columbia. Lejos del formato de quinteto que había admirado a público y crítica, Davis reunió en el estudio a 19 instrumentos de viento que, bajo la dirección y arreglos de Gil Evans, crearon un nuevo clásico del jazz moderno. Miles Ahead, que podría traducirse como “Millas por delante“, es mucho más que un juego de palabras, es la definición de un músico que siempre estuvo un paso por delante de los demás, alguien que por convicción nunca miraba hacia atrás.
Todavía inédita en España, Don Cheadle ha dirigido y protagonizado Miles Ahead , película que repasa los momentos más significativos del Davis hombre y músico. La excusa es una entrevista que el trompetista concedió a cierto reportero en 1979, cuando ya estaba metido de lleno en el jazz fusión, otro paso adelante en su carrera discográfica. Pero la atención de la conversación entre ambos se centra en las grabaciones de las sesiones de los años 50.
En su autobiografía, Miles narra que en 1983 recibió un tributo por su carrera en el Radio City Music Hall, con el lema “Miles Ahead. Tributo a una Leyenda de la Música Americana”. En el homenaje, se encontraban algunos músicos que habían tocado con él precisamente en la década de los 50, y alguien propuso que lo hiciesen allí de nuevo. ¿Respuesta de Davis? “No pude hacerlo porque soy incapaz de volver atrás”.
Miles Davis, exigente al máximo consigo mismo, dándonos una lección de superación que podríamos aplicarnos no solo en el ámbito personal, sino también en el de la empresa. Es imprescindible desarrollar nuevas ideas usando nuestra creatividad con los medios necesarios, para estar siempre un paso por delante, para estar siempre millas por delante.